Mis primeras clases con Adrián fueron casi una especie de revelación. Me habló por primera vez del whole-body-approach, que cambió mi forma de entender el cello físicamente. Me demostró la capacidad del cello para crear colores sonoros. Me habló de música, y de la capacidad expresiva del cello. Y todo esto se unió con el fin de conectar el cuerpo y la mente con tal de transmitir una idea musical, que era diferente para cada obra. Adrián pone en entredicho la enseñanza general del violonchelo:
Su método une la técnica y la música en un todo perfectamente equilibrado. Su profundo conocimiento del instrumento y de su repertorio, le convierte en un maestro versátil, capaz de llevar a su alumnado a la excelencia interpretativa y de sacar las mejores cualidades de cada uno de ellos y ellas.
Adrián desafía al dogma en la enseñanza ya que en vez de imponer su criterio, prefiere guiar a su alumnado en la búsqueda de su propia personalidad interpretativa.
Albert Espina, Castellón 12/09/2019